España es el mayor productor de pizarra de todo el mundo, debido principalmente a la calidad de esta roca metamórfica, pero también a su bajo precio. Y es que la construcción y el mantenimiento de la pizarra, y su durabilidad, hace que su precio pueda ser muy competitivo. Por otro lado, el sector de la pizarra en este país, puede estar orgulloso de contar con la experiencia de profesionales formados.
Los principales yacimientos de pizarra los encontramos en Galicia y Castilla y León. Extremadura tenía una cantera, pero en la actualidad está cerrada. La comunidad de Galicia, es la responsable, ella solita, de más del 60% del total de pizarra que se produce en España, y la actividad da trabajo a unas 15.000 personas.
La pizarra gallega, la mejor del mundo
Debido a sus características, es un material impermeable, inalterable y muy versátil, la pizarra es el mejor española es el mejor material para las cubiertas y tejados, al ser muy compacta y carecer de poros. Esto la hace muy resistente a las inclemencias del tiempo, al frío o al calor intenso, la lluvia, la humedad, la nieve, el viento o el hielo. Además, repele bien el polvo y el salitre. Así lo aseguran en Pizarras y Derivados, una empresa familiar que lleva un montón de años trabajando con la pizarra y exportando la mejor pizarra del mundo, la pizarra gallega. Es perfecta para cualquier construcción, y además de resistente es muy atractiva. Resistencia, belleza, longevidad, elegancia, definen a esta pizarra, que cuenta con unas cualidades sin igual, por lo que la pizarra es un valor a largo plazo, ya que es un material muy longevo. Porque la pizarra es, sin lugar, a dudas uno de los mejores materiales para la construcción de techos, techos de pizarra. Queda súper mono en cualquier construcción con una pendiente. Incluso en la caseta de tu perrete puede quedar muy chulo. Además de ser la envidia del barrio, estará muy protegido.
Por otro lado, la pizarra se está empleando cada vez más en otros sectores, y no solo en la construcción, sino también en la hostelería o el comercio. En la mayor parte de los restaurantes y bares de pinchos y tapas modernos, estos se sirven en platos de pizarra. En joyería, también es habitual exponer las piezas en soportes de pizarra. E incluso en jardinería es muy empleado como elemento decorativo, debido a su versatilidad y atractivo.
«La pizarra puede almacenarse durante el tiempo que se desee. No obstante, mantener un producto parado cuesta dinero. Por eso, los fabricantes, como siempre, han ido dando respuesta a las necesidades del mercado», aseguran desde la AGP.
Según la Asociación Gallega de Pizarra (AGP), hoy es posible encontrar en el mercado distintos materiales que sustituyen a la pizarra, pero no son naturales y no ofrecen las prestaciones de la pizarra como aislante térmico y acústico de larga duración. «Hemos sometido a las pizarras españolas a 150 ciclos de hielo y deshielo y a choque térmico, que equivalen a una duración de 200 años, y las propiedades de ésta no han experimentado variación alguna», aseguran desde la AGP.
La Comarca de Valdeorras (Orense), de Quiroga y Mondoñedo (ambas en Lugo) y de Ortigueira (La Coruña) albergan los mayores yacimientos pizarrosos en España. Para evitar problemas, la AGP recomienda fijarse en la etiqueta, que debe incluir la DAP (Declaración Ambiental del Producto) y el marcado de la Comisión Europea.
El consumo de pizarra española fuera de nuestras fronteras
La exportación de pizarra se dirige principalmente a Dinamarca y EE.UU, países donde el consumo está creciendo de manera importante.
En la actualidad la AGP, está estudiando cómo mejorar las condiciones de seguridad e higiene de los trabajadores del sector. Es por esto, que están invirtiendo en su formación y en la realización de acciones comerciales en países como Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos e Irlanda, que son los que más pizarra española consumen.
Durante la crisis económica el sector de la pizarra, experimentó algunos cambios, perdiendo 1.200 empleos y algunas empresas, han tenido que cerrar. La producción actual ha bajado al 70%, si se compara con producciones anteriores. Esto significa que se han dejado de producir casi 500.000 toneladas, unos 300.000.000 euros en el mercado.
«Se trata de un negocio que engancha porque se abordan muchos y variados temas. Por lo que, con independencia de su rentabilidad, las empresas que estamos establecidas, por propia inercia, seguimos en el mercado», afirman en la AGP.