El 7 de junio se celebra el Día Mundial de la Seguridad Alimentaria. Todos los alimentos que compramos en los supermercados han pasado un control de seguridad alimentario previo.
La política de seguridad alimentaria de la UE se ocupa de los controles oficiales sobre las condiciones de higiene en el procesamiento de alimentos, el envasado y el etiquetado.
Los profesionales de SEMARP explican que «el muestreador de carne se utiliza en la industria alimentaria para obtener muestras de carne para pruebas de calidad, análisis microbiológicos, pruebas de textura y análisis de contenido de grasa. Estos dispositivos ayudan a las empresas a garantizar la calidad y la seguridad alimentaria, ya que permiten a los fabricantes y proveedores de alimentos realizar pruebas precisas en las muestras de carne sin tener que sacrificar la pieza completa».
Gracias a los sistemas de muestreo podemos saber las grasas que contienen los alimentos. En este artículo te explicamos cuáles son las carnes que aportan menos calorías.
Pollo y pavo
Las carnes magras como la del pollo, del pavo o del conejo son las más saludables porque son ricas en proteínas de alta calidad, pero bajas en grasa. La Sociedad Española de Nutrición recomienda el consumo semanal de entre tres y cuatro raciones de carne magra.
Debes saber las diferencias que hay entre la carne de pollo o pavo, la primera aporta un 7% de grasa y la carne de pavo aporta un 2%. Otra diferencia es que la pechuga de pavo tiene menos de 50 mg de colesterol por cada 100 gramos y el pollo supera los 80 mg por cada 100 gramos.
Estas carnes son ricas en triptófano y contienen minerales como el potasio, magnesio, el fósforo y el zinc. Además, aportan vitaminas del complejo B y proteínas de alto valor biológico.
Puedes conservar unos filetes de pollo o pavo crudos de 1 a 2 días en el frigorífico, pero si están cocinados pueden aguantar tres días. Estos filetes pueden estar en el congelador unos 9 meses.
Para saber si la carne está en mal estado fíjate en el color, ya que la tonalidad debe ser rosada o un poco amarilla si pertenece a un pollo de corral alimentado con maíz, pero si la carne tiene un color gris es recomendable desecharla.
También puedes comprobar la fecha de caducidad y el olor, porque si es fuerte o desagradable tampoco puedes probarla.
Conejo
La carne de conejo aporta solo 140 calorías por cada 100 gramos, además, contiene fósforo, selenio, potasio, vitaminas B3, B6 y B12.
Se trata de una carne blanca grasa de buena calidad y es idónea para personas con el colesterol alto, hipertensión, o diabetes. No contiene ácido úrico y es baja en sodio.
Cerdo
Los cortes magros de cerdo de capa blanca como el lomo, el solomillo o la pierna se sitúan por debajo del 5% de la grasa total. La carne de cerdo aporta hierro, magnesio, zinc, fósforo, potasio y vitaminas del grupo B.
Carne de vacuno
La partes magras de la carne de ternera aportan alrededor de un 6% de grasa, los cortes mas saludables son:
-En la carne de res son el bistec de pierna, el filete, el lomo y la falda.
-En cuanto a la ternera y al buey las zonas magras son el lomo bajo, el lomo alto, el solomillo, el vacío y la culata.
No puedes abusar de esta carne porque es roja, los expertos aconsejan dos raciones a la semana porque un consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud cardiovascular.
Si quieres congelar esta carne lo mejor es hacerlo en trozos pequeños o finos que en bloques. También es aconsejable que esté envuelta en algún material que la proteja de contaminaciones como el papel film, las bolsas de congelación o las fiambreras de cristal.
Cordero
Es rica en proteínas de alto valor biológico, triptófano y selenio. Esta carne potencia el sistema inmunológico, previene la diabetes, contiene hierro, es aconsejable para personas con problemas de osteoporosis, no es pesada de digerir, mejora el estado de ánimo, favorece la reparación de tejidos, contiene vitaminas del grupo B, es aconsejable en el embarazo y es idónea para deportistas.
Aunque aporta numerosos beneficios para la salud, al ser una carne roja y con un contenido alto de grasa su consumo no debe superar las dos raciones a la semana.
Cuidado con los embutidos
La Fundación Española del Corazón explica que «muchas veces no nos damos cuenta, pero los embutidos también son carne. En personas sanas, los embutidos deben consumirse pocas veces a la semana debido a la gran cantidad de ácidos grasos saturados, colesterol y sal que contienen».