La logística está cobrando cada vez más una mayor importancia en nuestras vidas y es que en los últimos tiempos hemos cambiado por completo nuestra forma, ya no solo de comprar, sino que también de entender las compras y es que en pocos años hemos pasado de recurrir a las tiendas de barrio a pasar a los grandes hipermercados y de ahí a las compras a través de la red. Si bien es cierto que las tiendas físicas no han muerto, la realidad es que estas han tenido que reinventarse para no quedarse fuera del pastel de reparto de las compras que se realizan en todo el mundo. Una buena prueba de ello es que estas están, cada vez más, potenciando sus redes sociales y sus comercios online para captar a un mayor número de clientes y, con ello, como os decimos, seguir estando presentes en el reparto de ingresos que dejan los clientes al comprar. Sin embargo, si ha habido un sector que ha notado sobre todo las nuevas tendencias de compras, este ha sido el de la logística, puesto que ahora tiene una gran importancia para que el mundo funcione con total normalidad.
La logística, como os decimos, cada vez tiene un papel más importante en todo el mundo, puesto que ya nada se fabrica en un solo lugar, sino que cada componente de un producto proviene de una línea de producción diferente y, tras ello, se trasladan las diferentes piezas a una planta de ensamblaje, donde se montan todas las piezas y, con ello, se crea el producto final. A partir de ahí, este se distribuye a todos los comercios del mundo mediante la logística y, al ponerse a la venta, son los comerciantes quienes luchan por ofrecer las condiciones más atractivas y, con ello, ganarse al cliente final para que este los compre. En ese proceso, como os decimos, las tiendas de proximidad han ido dejando pasar a las empresas que, desde cualquier parte del globo, venden sus productos y, tras ello, ponen en manos de la logística el traslado de los mismos al cliente final, por lo que, como veis, en todo el proceso, desde la creación hasta la llegada al cliente final, la logística está siempre presente. Por ello, si vuestra compañía también depende de la logística, nosotros os recomendamos que os pongáis en manos de empresas serias que cuenten con una amplia red que os sirva para abastecer de productos a todos aquellos clientes que los demanden. Así, si este es vuestro caso, como os decimos, nuestra recomendación pasa por deciros que os pongáis en manos de Transportes Grupo Caliche, dado que ellos son expertos en logística y mediante sus servicios tendréis garantizada la entrega de la mercancía en buen estado y en el tiempo pactado.
Como os venimos diciendo a lo largo del post, este es el momento de emprender en el sector de la logística y es que, a través del comercio online, su crecimiento es cada vez mayor. Prueba de ello lo tenéis en Amazon, el gigante del comercio electrónico que ha abierto las puertas de un centro logístico en O Porriño, en la provincia de Pontevedra, el cual se erige como el primero que tiene en la comunidad gallega y el más nuevo de España y que servirá o, mejor dicho, ya sirve para entregar pedidos ultrarrápidos a las cuatro provincias gallegas, A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra y al norte de Portugal, puesto que la frontera con este país dista a menos de 20 kilómetros de la instalación.
Pero no solo eso, otra de las pruebas más claras de que la logística está avanzando la encontramos en países cercanos a España, los cuales ya cuentan con los servicios ferroviarios liberalizados y donde empresas logísticas pueden usar la red de ferrocarriles para transportar sus pedidos, en lugar de hacerlo como ocurre en España, por carretera, lo cual es más costoso y peligroso.
Las autovías eléctricas, clave para la logística
Países como Alemania o Estados Unidos están desarrollando y ya tienen implementado los primeros kilómetros de autovías eléctricas, en las cuales los camiones circulan como si de un trolebús se tratase, por lo que, al ir enganchados a una red aérea de catenaria mediante un pantógrafo, pueden desconectar los motores de combustión y, con ello, ahorrar ya no solo en combustible, sino que también en emisiones de CO2. Así, aunque está pensado para cubrir trayectos cortos entre estaciones ferroviarias de mercancías, puertos o aeropuertos con polígonos industriales, lo cierto es que los beneficios son perfectamente palpables.