En el mundo de la competición la motorización de cada vehículo juega un papel fundamental en la consecución de resultados y es que, aunque también dependamos en gran medida de la pericia del piloto y el copiloto, así como la aerodinámica, un buen combustible y demás factores, sino tenemos un motor competitivo, nunca seremos veloces. Salvo ocasiones concretas como fórmulas de promoción o trofeos específicos, habitualmente todos los equipos suelen hacer retoques en el motor de los coches por lo que compañías como Motores reconstruidos HIA juegan un papel decisivo a la hora de poner a punto un vehículo puesto que ellos nos pueden proveer de piezas e incluso motores enteros que nos hagan veloces y por tanto nos metan en la pelea por la victoria cada fin de semana.
En nuestro país tal y como os hemos avanzado, cada fin de semana se desarrollan en diferentes puntos de la geografía diversas pruebas automovilísticas que congregan a miles de personas en torno a ellas, desde los propios equipos participantes y sus mecánicos a aficionados al deporte de las cuatro ruedas pasando por organizadores, sanitarios, bomberos, Guardia Civil y voluntarios que colaboran para que todo discurra sin problemas y así podamos todos gozar de una buena jornada de carreras. Un deporte como el automovilismo que reúne a miles de personas en torno a sus monturas lleva consigo toda una industria para que cada uno de los participantes pueda exprimir al máximo su coche con las especificaciones que considere oportunas o los diferentes reglamentos le permitan.
Estas industrias proveen a los equipos de neumáticos, combustible de competición el cual lleva más octanaje que el comercial que podemos encontrar en las estaciones de servicio, carrocerías y piezas más aligeradas y por supuesto todos los componentes relacionados con la motorización de los vehículos puesto que éste es el corazón de la máquina y la parte fundamental a la que más cuidados debemos de dar si queremos ser competitivos de verdad.
En lo que respecta al motor en el mercado podemos encontrar multitud de componentes que pueden hacer de esta pieza un elemento único. Desde materiales más ligeros como el aluminio en lugar de usar fundición a finos trabajos de lijado para aumentar unos milímetros las cámaras de combustión, aligeración de los pistones, consiguiendo así que hagan su trabajo de una forma más veloz, reprogramación de centralitas para que envíen más caudal de combustible, así como para que aceleren los cuatro tiempos de funcionamiento del motor que son admisión, compresión, combustión y escape. Además, es habitual que encontremos motores a los que se les ha sustituido la correa de distribución por una más adecuada para grandes esfuerzos propios de la competición, así como el cambio de las diferentes canalizaciones por las que entra el combustible para poder soportar una mayor presión. Comúnmente, asociado a estos cambios, solemos modificar también la bomba de gasolina por una de mayor capacidad de bombeo, así como la bomba del agua para refrigerar el motor de una forma más correcta e idónea para las altas prestaciones a las que estaremos sometiendo el motor.
Por estos motivos, relativamente básicos y por otros más complejos propios de la ingeniería encargada del diseño de los motores, podemos observar el papel fundamental del desarrollo de las motorizaciones para el mundo de la competición teniendo en cuenta que cada categoría ramificará su investigación hacia un punto en concreto pudiendo hacer de una misma base de motor, diferentes especificaciones técnicas adaptadas a cada una de las competiciones.
Otro de los factores más influyentes, la reducción de peso
La reducción de peso es otro de los factores que trae a los diseñadores de cabeza a la hora de crear un coche de competición y es que, a igualdad de motorización, la diferencia se basa en los pequeños detalles como son la aerodinámica, la telemetría y la reducción de peso. Este caso, el de la fiebre por adelgazar los coches no es algo moderno que haya aparecido con los estudios por ordenador y simulaciones puesto que ya hace unos cuantos años, existían precursores de estas técnicas como el piloto, empresario e inventor de vehículos ourensano Estanislao Reverter que ya pasaban cantidad de horas frente a sus coches buscando donde bajar unos pocos gramos para marcar una mínima diferencia con sus rivales, llegando incluso a taladrar los pedales o parte de la carrocería de sus coches.