Adaptarse a nuevos contextos y apostar por la mejora continua fue clave para mi negocio

Ser emprendedor es una profesión de riesgo, pero muchas veces puede ser de lo más reconfortante si sabes que la actividad que vas a llevar a cabo va a tener éxito porque es algo que demanda la gente. Yo, que he sido emprendedor desde hace mucho, he experimentado primero la sensación de estrés de los primeros meses y luego también la tranquilidad de saber que mi idea ha calado en la sociedad y que ha funcionado como yo y la gente que me sigue esperaba. La verdad es que no me he aburrido en absoluto, eso os lo puedo garantizar.

Hace algunos años, decidí montar mi propio negocio. Vivo en una gran localidad de la Comunidad de Madrid, una ciudad que podría ser considerada como ciudad dormitorio pero que tiene muchísima vida y también servicios e industria. Por tanto, una de las necesidades más grandes que teníamos era la de constituir un centro comercial. Ya sabéis que este tipo de sitios gusta especialmente en Madrid y, aunque mi proyecto no era ni mucho menos el de los grandes centros comerciales de la ciudad y su periferia, sí que tenía que servir para que los vecinos y vecinas tuvieran un sitio en el que poder adquirir buena parte de las cosas que necesitan en su día a día y, además de eso, un lugar en el que disfrutar de su tiempo de ocio.

Lo primero en lo que pensé fue en el espacio que iba a necesitar para levantar un centro así. Tuve suerte porque todavía quedaba mucho terreno libre en alguna de las zonas de mi localidad. En unos meses se empezó a levantar el centro y pude empezar a hablar con comercios para que se instalaran allí. Ya sabéis que esto permite atraer el empleo y la generación de beneficios, así que tuve la colaboración del Ayuntamiento a la hora de encontrar negocios a los que les interesara el proyecto y que quisieran alquilar un local en el interior del centro.

Lo cierto es que los locales se alquilaron rápidamente y el centro empezó a funcionar de lo lindo. Que fuera la novedad en la ciudad fue importante en ese sentido porque conseguimos atraer a muchas personas, pero yo tenía claro que lo difícil iba a ser fidelizar a toda esa gente. Por suerte, y contando con la colaboración de muchas de las personas que se encuentran a cargo de los negocios que hay en los locales, hemos ido creando promociones y acciones que han hecho posible que la gente encuentre atractivo nuestro centro comercial.

Los años han pasado y, como es habitual, las construcciones van presentando algunos defectos que hay que corregir. Llevamos más de una década en el centro y, aunque es verdad que fue construido en este siglo, necesitábamos implementar algunas mejoras. Por un lado, necesitábamos potenciar el aislamiento térmico porque en muchos momentos del año empezaba a hacer mucho calor o mucho frío. Por otro lado, algunos de los comerciantes (especialmente dedicados a la alimentación, tales como carniceros, charcuteros, pescaderos o fruteros) nos comentaron que sería interesante incorporar sistemas de frío industrial y comercial que les permitieran potenciar el cuidado de sus productos. Nos pusimos manos a la obra para dar cabida a estas pretensiones y, después de unas semanas de llamadas e intercambio de correos electrónicos, nos decantamos por Frimavi por varias razones: en primer lugar, porque su apuesta por las tecnologías más punteras que existen a día de hoy y, en segunda instancia, por el cuidado del medioambiente que se consigue con la maquinaria de frío comercial e industrial más moderna. Gracias a esto, la buena reputación del centro iba a verse incrementada.

Gracias a esto, he conseguido una serie de beneficios que van más allá de lo económico. He conseguido que los clientes estén mucho más cómodos en el centro, lo que ha permitido que vengan más asiduamente al centro, y también he hecho posible que las personas que tienen alquilados los locales también puedan cuidar mejor de lo que venden y ofrecer algo que va a marcar la diferencia, lo cual es importante para atraer gente y seguir haciendo posible que el centro tenga una vida mucho mejor de lo que ya de por sí tenía antes.

Y es que hemos mejorado en todo: en imagen, en beneficios tanto míos como de todos los comercios que se encuentran en este centro, en la puntuación que se deriva de las reseñas que recibimos en Google. La verdad es que estoy muy satisfecho con todo lo que hemos conseguido y es evidente que este compromiso con la mejora continua se ha traducido en una solidificación de mi negocio, algo que me permite comprender que he seguido la senda positiva y que no me he equivocado a la hora de dirigir mi negocio.

Es evidente que debo seguir pendiente de todo tipo de mejoras que puedan hacer falta en este centro comercial. La gente está más pendiente que nunca de los detalles y cualquier cosa puede marcar la diferencia con respecto a otros centros comerciales que hay en la Comunidad de Madrid y que son bastante más grandes que el mío. Sé que tengo mucha competencia, pero la verdad es que eso es lo que más me motiva para seguir incorporando mejoras y hacer de mi espacio algo muy atractivo y competitivo.

Los centros comerciales están más de moda que en ningún otro momento anterior 

Seguro que, en los últimos meses, habéis visitado algún centro comercial o varios. Y estaremos de acuerdo en afirmar que se ha convertido en una de las visitas que suele hacer la gente durante el fin de semana. Si preguntarais a algunas de las personas que conforman vuestro círculo más cercano, estamos seguros de que más de la mitad habría pasado por un espacio de las características de las que estamos hablando.

Los centros comerciales han experimentado un récord de ventas en los últimos tiempos en España. Así lo comentaba una noticia publicada en la página web de Radio Televisión Española que decía que el volumen total de ingresos había superado los 52.000 millones de euros, elevándose un 9’6% con respecto a los datos que se manejaron en el año 2022. Y habrá que estar muy atentos a lo que nos depare el 2024, porque yo particularmente estoy bastante convencido de que va a ser superior que la cifra que dejó el 2023. Es cuestión de tiempo saberlo, pero la verdad es que cada día tengo menos dudas de ello.

Es lógico, por tanto, que cada vez tenga una mayor competencia en este sentido. No me extrañó encontrarme con una noticia publicada en la web de Economía Digital en 2022 que indicaba que el número de centros y parques comerciales iba a crecer en un 5% hasta 2025. Es algo lógico: cuando un sector o una actividad funciona y atrae gente, un grupo de emprendedores también procurará meterse en ese nicho para llevarse su parte del pastel. Es lo que está ocurriendo en lo que respecta a los centros comerciales y está claro que los que ya estamos en ese nicho de negocio nos tenemos que adaptar a las novedades y luchar para mantener nuestra cuota de mercado siendo cada día un poco mejores.

Yo, particularmente, estoy bastante seguro de mis posibilidades y de la experiencia que ofrezco a todas esas personas que deciden visitar mi centro. Sé que nuestro sector goza cada vez de una salud que es mejor y creo que debo seguir trabajando para formar parte de esa actividad, una actividad que promete seguir proporcionando ventajas y buenas noticias. No me arrepiento del camino que escogí hace años y de las reformas y rehabilitaciones que he llevado a cabo siempre que ha sido necesario. Sin eso, estoy seguro que no hubiera tenido el éxito que he tenido a día de hoy.

Muchas personas me preguntan si no quiero trasladarme a otro lado o hacer una obra faraónica para que el centro sea más grande. La verdad es que resultaría interesante, no os voy a engañar, pero no creo que me haga falta. Creo que lo que diferencia a mi centro comercial de los grandes proyectos que hay ahora es que es más familiar, algo que invita a personas de todo tipo a visitarlo cada día. Perder ese valor haría que mi público cambiara o se tuviera que adaptar a una realidad diferente y no sé si está dispuesto a eso. ¿A cambio de qué? La verdad es que no lo tengo muy claro. Nadie me garantiza el éxito si hago crecer mi centro comercial.

Ser emprendedor, como os decía al principio, es una profesión de riesgo pero es algo que, desde luego, no deja de ser interesante. No hay día que no tenga momentos realmente interesantes y en los que me tenga que exprimir al máximo para conseguir los objetivos que tengo en la mente. Y espero de verdad que esa rutina siga siendo la misma. Es lo que me permite estar activo.

 

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