España necesita el verano y el verano necesita a España. Ambos constituyen una pareja indisociable que hace que sea completamente imposible que se entienda el uno sin la otra y viceversa. Nuestro país se ha convertido en una potencia turística de primer nivel por derecho propio. Y cada año sigue mejorando sus registros. Es por ello por lo que nuestro país dispone ya de toda una industria que engloba a centenares de miles de personas y que constituye una de las principales, si no la más importante, inversiones de nuestro país.
Y es que en España lo tenemos todo: tenemos sol y varias de las mejores playas del mundo, lo que es un seguro de vida para nuestra economía durante los meses de verano, tal y como hemos podido comprobar este año una vez más. Pero es que, por otra parte, nuestro país dispone de un elenco de ciudades que componen una oferta brutal en materia cultural. Que le pregunten a los toledanos, los salmantinos, los sevillanos, los mismos madrileños… ¡Si es que incluso tenemos varias de las mejores pistas de sky de Europa!
Gracias a todo lo que acabamos de comentar, España es uno de los países más activos en lo que a turismo se refiere. Nuestro país no solo alberga a millones de turistas cada año, sino que es también el lugar en el que se encuentran empresarios de todo el mundo que se encuentran relacionados con la materia y que acuden a conocer las últimas novedades en materia turística. Y es que no hay mejor lugar en el que celebrar un evento como el que describimos que un país que cuenta con 17.000 hoteles y 1.800.000 camas, según ha informado el portal web Preferente.com.
Esos números de los que hablamos no pueden sino colocar a España en una situación privilegiada en lo que respecta al número de pernoctaciones al año. En 2017, nuestro país asumió un total de 471’4 millones de noches de hotel según indicó la página web Hosteltur, algo que se traduce en un aumento importante de los ingresos de las empresas relacionadas con este sector y que pone de manifiesto, una vez más, el privilegio del que goza España como consecuencia de su ubicación geográfica y de su clima.
El ‘boom’ y el negocio relacionado con los establecimientos hoteleros en España no está haciendo sino crecer. Y lo hace en una proporción cada vez mayor, auxiliado por la excelente oferta climática que tiene España y un precio acorde al bolsillo de muchas familias. Nuestro país es siempre un punto de referencia en todos los congresos y eventos de este sector que se celebran a lo largo y ancho del mundo. Desde Hotel-Up nos han comentado que el simple hecho de que un hotel esté situado en España o tenga capital español ya es una carta de presentación muy buena a la hora de captar la atención del público.
Una pata importante de nuestro Producto Interior Bruto
El turismo viene siendo de una importancia capital para la economía española de un tiempo a esta parte… y así parece que lo va a seguir siendo. La verdad es que son cada vez más los miles de personas que cada año se dedican, ya sea de un modo total o parcial, a las labores que se encuentran directa o indirectamente relacionadas con este sector. Esto es lo que está permitiendo que en ese tipo de eventos y reuniones se vengan reuniendo cada vez más personalidades provenientes del ámbito público.
Han sido muchas las cuestiones que se han puesto sobre la mesa en eventos como de los que venimos hablando. En general, las empresas hoteleras españolas están haciendo un buen trabajo en lo que a marketing y publicidad se refiere, pero nunca está de más adaptarse a las tendencias y las demandas de un público que, cada vez en una medida mayor, busca un lugar en el que disfrutar cada segundo y cada momento de sus vacaciones.
España va a seguir siendo una potencia turística de primer nivel en Europa y también en el mundo. Países como Francia o Estados Unidos son una dura competencia, pero lo cierto es que nuestro país está siendo un coloso en esta materia. Es necesario que en España continuemos apostando no solo por el turismo de sol y playa, sino por la cultura y el turismo de invierno, que encuentra su punto álgido en diciembre y enero en los Pirineos o Sierra Nevada.