No hay nada más eficaz que una inversión en seguridad. Invertir en seguridad es hacerlo en nuestro futuro. La inversión de este tipo de conceptos es clave para intentar que un negocio disponga de las mejores garantías de crecimiento. Todo lo que sea prevenir en una cierta seguridad es algo que debemos valorar en gran medida porque permitirá que dejemos de estar expuestos a peligros que generan incertidumbre. Ya sabemos que esta no es amiga de los negocios ni mucho menos y que es la principal causante de que muchos proyectos se vayan al garete.
Una de las acciones concretas más habituales en estos casos tiene que ver directamente con la instalación de cámaras de seguridad. Ni que decir tiene que este tipo de artilugios tienen dos funciones: la de prevenir los robos (ya sabéis que mucha gente que tiene intención de robar se lo piensa dos veces si ve una cámara) e identificar a las personas que han cometido un robo o hurto en el establecimiento. Lo que está claro es que mayores garantías para prevenir o solucionar estos casos pasa por disponer de cámaras de videovigilancia. Por eso se demandan cada vez más entre los emprendedores.
Una información publicada en la web de Masmovil informaba del gasto que se debe asumir en seguridad en una empresa mediana o pequeña. Y no solo hace referencia en lo que tiene que ver a la seguridad física del negocio, sino que también se refiere a la ciberseguridad, que también tiene que ser clave en la estrategia de seguridad de cualquier empresa tal y como indica en una noticia publicada por el diario El País en la que también se hace balance de lo que hay que gastar para conseguir el objetivo que venimos persiguiendo a tal efecto.
Una de las cuestiones que más intranquilos deja a los emprendedores es el hecho de ser conscientes de que su negocio se encuentra desprotegido ante cualquier eventualidad. Siempre ha sido así, pero el aumento del número de robos y hurtos que se viene experimentando en España en los últimos años ha hecho que esta preocupación vaya en aumento de una manera bastante importante. Los profesionales de FGL Sistemas de Control nos han comentado que eso es lo que explica el aumento de la compra de sistemas de videovigilancia especialmente entre los dirigentes de pequeñas y medianas empresas.
Los pueblos ya no se libran de malhechores
Hasta hace relativamente poco, solíamos pensar que un porcentaje muy importante de los robos y hurtos se producían en las ciudades. Era una cuestión simplemente estadística: cuanta más gente vive en un sitio, más opciones hay de que entre esas personas haya un ladrón potencial. Sin embargo, la realidad está cambiando y los últimos años están dejando claro que los datos ya no son los mismos que los que podíamos recoger hasta hace poco tiempo. En resumidas cuentas, podríamos decir que ahora los pueblos tienen una ratio de robos por habitante que ha crecido mucho.
¿Cuáles pueden ser los motivos por los cuales se ha venido produciendo este cambio en la totalidad de la geografía española? Uno, quizá el más importante, puede tener mucho que ver con el hecho de que la presencia policial es mucho más reducida en los pueblos que en las ciudades. Por ende, es bastante más complicado que siga creciendo sin parar el número de delitos que se producen en pequeños municipios. Y, aunque sea cierto que en lugares así la gente se suela conocer mucho más, basta con que un malhechor viaje hasta un municipio en el que no se le conozca para que nadie tenga pista alguna acerca de su paradero.
Está claro que las administraciones públicas que se encargan de la gestión de los entes municipales deberían poner muchas más cartas sobre la mesa para intentar que no se produjeran tantos delitos en pequeños municipios. No nos extraña que exista un cierto cabreo por parte de la ciudadanía con respecto a los gestores públicos que trabajan para los Ayuntamientos. Tienen en su mano en muchas ocasiones la resolución de este tipo de problemas y muchas veces da la sensación de que no ponen todo lo que tienen en su mano para, por lo menos, prevenirlos.
Afortunadamente, cada cual se ha sabido sacar las castañas del fuego para intentar garantizar un mínimo de seguridad. Las pequeñas y medianas empresas que están apostando por las cámaras de videovigilancia así lo están haciendo y, desde luego, su actitud les está reportando beneficios en el sentido de que, en la inmensa mayoría de los casos, la cantidad de robos y hurtos se ha reducido de una manera bastante interesante. Así que, el que no se haya puesto manos a la obra, ya tiene un espejo fiel en el que mirarse. Lo cierto es que merece la pena llevarlo a cabo.