Está claro que la pandemia ha ocasionado problemas de enorme calado en el tejido empresarial de nuestro país y en el de todo el mundo. Las restricciones nos han hecho padecer problemas económicos a todos porque primero estuvimos sujetos a un cierre obligatorio por el confinamiento y, más tarde, tuvimos que hacer frente a las diferentes restricciones que se fueron promulgando por las autoridades públicas en función de la zona que estuviera bajo su mando. Ni que decir tiene que ha sido una situación de lo más peliaguda, quizá la más difícil a la que nos hemos enfrentado nunca.
Hay un sector que es el que más ha pagado las consecuencias de la pandemia, especialmente en lo que respecta a nuestro país. Hablamos, como seguro que ya habéis podido imaginar, de la hostelería, que ha sido una actividad severamente castigada y que, desde luego, ha sufrido en sus carnes todo lo relativo a las restricciones hasta hace bien poco. La limitación de los horarios e incluso la ordenación de cierre ha sido habitual en muchas de las zonas que componen nuestra geografía y, como es lógico, eso ha hecho mella en los beneficios de los emprendedores del sector.
Un reportaje publicado en la página web de El País recopilaba algunos de los momentos más difíciles del año 2020. El titular, «el año en que España dejó de ser un país de bares«, servía como antesala para comentar la gran cantidad de negocios de hostelería que han visto sus puertas cerradas, algunos de ellos de manera definitiva. La verdad es que la situación ha sido de lo más negativa y hemos tenido que sacar fuerzas de flaqueza para hacer frente a una pandemia que ha rematado a muchos negocios que ya de por sí empezaban a tener problemas antes de la irrupción del coronavirus.
Sin embargo, hay situaciones en las que los hosteleros han identificado una posibilidad de mejora incluso en esos momentos tan delicados. Teniendo en cuenta la cantidad de restricciones a las que hemos sido sometidos y que los beneficios que iban a obtener durante esos días era limitada, mucha gente dedicada a la hostelería ha apostado por acometer una reforma en su local para, una vez superada la pandemia, tuvieran un local que cumpliera mucho más con sus necesidades y con la de sus clientes. Y esa es una buena manera para recuperarse del golpe que hemos recibido.
En los últimos años, y a causa de las restricciones provocadas por la pandemia, muchos hosteleros han decidido darle una vuelta a su negocio. Uno de las principales cambios ha tenido que ver con la maquinaria típica de un bar o restaurante. Según los datos que manejan los profesionales de Mayfriho, el volumen de venta de este tipo de maquinaria se ha multiplicado por cinco desde el final del confinamiento y eso es debido a que esa parálisis en el consumo provocada por las peores horas del virus ha servido para que muchos aprovechen la oportunidad de acometer cambios que tenían pensados pero que para los cuales siempre era complicado determinar una fecha.
Un futuro esperanzador
Los últimos datos que tenemos del sector de la hostelería confirman que esta actividad va a mejor. Poco a poco, es cierto, pero el crecimiento empieza a poner las cosas en su sitio, por suerte. Son muchos los bares que estaban esperando este momento y, desde luego, no cabe la menor duda de que las cosas van a seguir mejorando de cara a este verano, en el que las previsiones apuntan a que va a ser exactamente igual que el de 2019, el último completamente normal que hemos tenido en España y en prácticamente todo el mundo.
Ese cambio en la maquinaria con la que trabajan los bares y restaurantes es uno de los motivos que ha permitido que mejore la imagen de los mismos. Ahora, la gente acude a estos establecimientos no solo porque tiene muchas ganas de recuperar el tiempo perdido durante dos años, sino también para poder disfrutar de un lugar que tiene aires nuevos y que ha mejorado sus prestaciones con respecto a unos tres años atrás en el tiempo.
La hostelería ha sido, es y seguirá siendo una de las actividades clave de nuestra economía. Que en España lo hayamos pasado tan mal a causa del coronavirus ha sido, en parte, por eso. Pero ahora que la situación se va convirtiendo en más normal, la hostelería ha hecho que todos y todas recuperemos, aunque sea en parte, la sonrisa y la esperanza, que falta nos hacía después de tiempos tan complicados como los que hemos pasado. Ni que decir tiene que el margen de mejora es importante y que debemos seguir en el camino en el que nos encontramos ahora mismo.