Trabajar en altura es algo mucho más común de lo que podemos llegar a pensar. La primera tarea en la que pensamos cuando hablamos de trabajos en altura es, sin lugar a dudas, en la del albañil, que puede pasar buena parte de su jornada laboral encima del andamio. Pero hay bastantes más trabajos que se desarrollan varios metros por encima del suelo y que requieren de una seguridad extraordinaria. Por ejemplo, muchos de los trabajadores de empresas de limpieza deben hacerlo a la hora de quitar la suciedad exterior de las ventanas de los edificios de oficinas. Y qué decir de todos aquellos que trabajan en la instalación de escenarios y demás componentes en las fiestas. O de electricistas que en cualquier momento tienen que subirse a una torreta o a revisar cables en altura.
Son muchos los empleos y las empresas que necesitan de profesionales que estén perfectamente preparados para trabajar en altura. Hacerlo es cosa de valientes. No todo el mundo se presta a desempeñar una labor así, y los que sí se prestan lo hacen a sabiendas de que detrás tienen los mejores sistemas de seguridad en altura, algo fundamental para hacer posible que este tipo de empleos no se caractericen por todo tipo de contratiempos o desgracias.
Afortunadamente, España se ha convertido de un tiempo a esta parte en una referencia en lo que a la legislación de trabajos en altura se refiere y gracias a empresas especializadas en Salud y Riesgos Laborales como Sermecon, son los expertos quienes aseguran unas condiciones de trabajo seguras y adecuadas. En un blog sobre coordinación de actividades empresariales, Sonia García Romero hacía un análisis a este respecto, mencionando como clave la aparición del Real Decreto 1215/2004, del 18 de julio.
Dicho Real Decreto catalogaba como trabajo en altura aquel que tuviera que desempeñarse a más de dos metros de distancia de la superficie (imaginaos la gran cantidad de gente que, en un momento concreto de su jornada, trabaja a esa distancia del suelo). Dicha ley venía acompañada de la obligatoriedad de las barandillas en esos casos, que deberán ser de una altura superior a 90 centímetros.
Las empresas, por todo ello, deben cumplir una reglamentación que es muy estricta. En este sentido, no pueden permitirse fallos de ningún tipo. De lo contrario pueden ser severamente sancionadas y su imagen puede verse dañada en una gran medida. Obtener todos los elementos necesarios para hacer más seguro el trabajo de los empleados es, por suerte, más fácil que nunca gracias entidades como Workprotec o Traltur.
Ambas empresas con referentes en lo que a la seguridad en altura se refiere. Ofrecen los mejores sistemas para trabajar en altura, tales como sistemas anticaída, cuya presencia puede ser la gran diferencia entre un susto y una desgracia. Además, los sistemas de estas entidades también son propicios para trabajar en lugares de difícil acceso. La utilidad de sus productos está, por tanto, fuera de toda duda.
Expertos en formación
Trabajar en altura no es una actividad que sólo requiera de la posesión de instrumentos que permitan hacer más seguro el trabajo, sino que además necesita de una formación de primer nivel para el empleado que vaya a enfrentarse a él. Sólo mediante la transmisión de los mejores conocimientos de los profesionales más experimentados podrá tenerse una primera idea de cómo es un trabajo tan delicado y a la vez tan importante como el trabajo en altura.
Workprotec también es toda una institución en este sentido. La entidad ofrece la mejor formación para todos sus clientes, esa que tan necesaria es para que adquieran las destrezas oportunas para saber de qué manera actuar en el desempeño habitual de la actividad y cuando surge algún imprevisto. Lo hace, además, a un precio de lo más competitivo.
No hay peor imagen para una empresa que la que da el hecho de que todo el mundo sepa que se ha cometido alguna irregularidad en lo que guarda relación con la protección laboral de sus empleados. Desgraciadamente, en España han fallecido muchas personas trabajando en altura, personas que en muchas ocasiones no contaban con las medidas suficientes como para poder prevenir y erradicar un peligro mortal como el que supone una caída. Ser capaces de proporcionar esa seguridad que a día de hoy es obligatoria permitirá a la entidad no aparecer en las listas negras de todas aquellas entidades que no han dedicado una parte de sus recursos a proteger la vida de su gente.