Muchas amigas me preguntan cómo llegué a publicar un libro de recetas, cómo conseguí tantos seguidores y crear un negocio de éxito casi de la nada y sin haberlo planeado todo previamente.
Siempre les digo que creo que mi clave fue la segmentación. Sí, la segmentación de mercado, aunque de aquella ni siquiera sabía lo que era, lo cierto es que casi de forma inconsciente esto fue lo que llevó mi hobby a convertirse en un fructífero negocio gastronómico.
Ahora, cuando estudio casos de otros emprendedores y todo el complejo proceso para llevar su idea a la acción y tener éxito a la hora de materializarla me sorprende la suerte que tuve y me doy cuenta que, de algún modo, y a mi manera seguí muchas de las premisas de todo emprendedor, sin embargo, nadie me había instruido sobre ello.
Ahora sé lo importante que es tener muy clara la idea que quieres llevar a cabo, así como realizar un estudio de mercado para conocer bien qué y quién demanda un determinado servicio.
También es muy importante la localización de tu negocio y el menú que decides desarrollar, así como toda la formación en tu campo para no dejar de crecer y no estancarte. De hecho, la gastronomía es muy amplia y abarca todas las áreas del pensamiento, desde ciencias naturales, sociales, humanidades y artes, ya que si no sabes qué haces no podrás innovar.
Lo curioso de mi caso, es que sí tenía mucho conocimiento anterior de muchas áreas, pero nunca había sabido focalizarlo en algo productivo.
Había trabajado siempre como periodista, responsable de prensa y comunicación y había ido dejando la gastronomía como un interés que disfrutar en mi tiempo libre.
Ahora bien, fue una enfermedad, la que, en su momento, llegó como una experiencia horrible, pero fue precisamente esa enfermedad la que me ayudó a redescubrirme y provocó una cadena de acontecimientos no planeados, casi fortuitos que me llevaron a donde me encuentro ahora.
La enfermedad que padecí me hizo darme cuenta de lo importantísimo que es una buena alimentación y de lo mucho que afecta a nuestra salud.
Al cambiar mi dieta empecé a encontrarme cada vez mejor y las ganas de compartir mis descubrimientos me llevaron a compartir mis recetas con muy buenas fotografías en mi cuenta de Instagram.
Nunca hay que subestimar el poder de las Redes Sociales y su capacidad para convertir un diario o mapa de ruta en un éxito fulgurante.
Es cierto que tenía mucha experiencia en comunicación, pero no tenía planeado en absoluto que de aquella necesidad de compartir mi historia con otras personas fuera a surgir el que ahora es mi trabajo a tiempo completo.
La Segmentación de Mercado es la Clave
Ahora estoy totalmente segura de que la clave de mi éxito estuvo en que de forma inconsciente decidí compartir mi mensaje con personas en una situación similar, personas que también eran conscientes de lo mucho que necesitaban probar con un tipo de alimentación diferentes.
Aprender recetas sencillas y sabrosas y darse cuenta de que esto no está en absoluto reñido con comer de forma saludable. Escribía para un público muy concreto y definido. De algún modo tenía muy clara la visión y objetivos de lo que estaba haciendo. Mis valores eran muy claros y sabía que podían ser un detonador de cambio para muchas personas como lo habían sido para mí. Así que conecté con este tipo de público.
Al final, eres consciente de que el mercado es demasiado grande, las personas demasiado diferentes y, pretender llegar a todos con la misma estrategia es un acto suicida.
Lo mejor de todo es que, en mi caso, no fue una estrategia previamente planeada sino más bien un acto que surgió de la convicción de que lo que hacía era bueno para otros y así fue como el proyecto fue creciendo.
De hecho, no tardé en reformar toda la cocina para hacer mejores fotos, una amiga me había hablado de Alvimodul, y de su amplio stock de muebles para instalación de cualquier tipo de cocina. Así fue como, poco a poco, conseguí tener una cocina perfecta para mis fotos gastronómicas y, sin darme cuenta, había creado un negocio que me encantaba.
Así fue como me di cuenta de que, por lo general, la respuesta más sencilla suele ser la mejor y que lo mejor es conectar con quienes comparten tus valores y quieren crecer contigo, así tu proyecto se convertirá en una herramienta para mejorar, y ya si resulta todo un éxito, entonces mejor que mejor.